Bilardo y la táctica – Argentina levanta la Copa del Mundo por segunda vez (1983/1990)
La AFA, bajo la administración de Julio Humberto Grondona, decidió que el técnico para el nuevo período, fuera Carlos Salvador Bilardo.
El ex jugador de Estudiantes de La Plata, contaba con interesantes antecedentes (sacó campeón al Pincharrata en 1982 y había llevado al Deportivo Cali a la final de la Copa Libertadores en 1978) y pregonaba un nuevo sistema táctico que luego haría furor: jugaba 3-5-2, con líbero y stopper en la defensa.
Para ello, Bilardo, un obsesivo del trabajo y de la planificación, trabajó sobremanera con todos los futbolistas para inculcarles su filosofía. En los primeros tiempos, obtuvo algunos resultados importantes (1-0 a Brasil y 3-1 a Alemania), aunque el modo de jugar del equipo, no convencía ni al público ni al periodismo.
Bilardo había tomado una decisión clave: le comunicó a Maradona, que le iba a dar la cinta de capitán, dato que no era para nada menor, dado que a Daniel Alberto Passarella, en la Argentina se lo conoce como “El Gran Capitán”. Esta situación llenó de orgullo y compromiso al entonces mejor jugador del planeta.
La clasificación agónica para México 1986, en cancha de River Plate frente a Perú, encendió aún más los cuestionamientos hacia Bilardo, que resistió gracias al sólido respaldo de Julio Grondona.
Con rumores y falta de crédito, el equipo nacional fue el primero en llegar a la capital azteca: “somos los primeros en llegar y seremos los últimos en irnos” sostuvo el técnico. Muchos se rieron y sólo esperaron una derrota que de acuerdo a su óptica, era previsible.
Argentina debutó frente a Corea del Sur, en un encuentro marcado por el juego brusco empleado por los asiáticos, en especial contra Maradona. La victoria 3-1 marcó el andar de nuestra Selección.
Empate 1-1 ante el campeón del mundo Italia, triunfos 2-0 con Bulgaria y 1-0 en el clásico rioplatense (Uruguay era el campeón de América) hasta el inolvidable triunfo sobre los ingleses. Fue 2-1, con el recordado tanto convertido “por la mano de Dios” y el mejor gol en la historia de los Mundiales, obras del genio sin par de Maradona.
Diego anotó otros 2 goles (el segundo fue otra pincelada de talento, repentización y resolución en espacios reducidos) en la semifinal con Bélgica y Argentina disputó, 8 años después, otra definición mundialista. Enfrente estuvo la dura Alemania de Rummenigge, Matthaus, Briegel y Völler.
Pese a contar con una ventaja de 2-0, los germanos empataron en 7 minutos y a 9 del final. Maradona sacó a relucir su entereza, valentía y lucidez, para colocar un pase extraordinario que Jorge Luis Burruchaga, tras una electrizante carrera, transformó en el gol de la gloria, un remate cruzado ante la salida de Schumacher, a los 84 minutos.
Argentina conquistó su segunda estrella, desplegando un fútbol práctico, ordenado y muy táctico, con el aporte de un Maradona extraterrestre, fuera de serie, único, inigualable.
Nunca en la historia de una Copa del Mundo, un jugador fue tan decisivo para la victoria final, como lo fue Diego en México 1986.
Todos se rindieron ante el brillante campeón. Las críticas desaparecieron y hasta el técnico recibió las disculpas: una bandera en pleno Estadio Azteca rezó “perdón Bilardo”.
La Selección llegó al país y festejó a lo grande en el balcón de la Casa Rosada, ante una Plaza de Mayo colmada como en las grandes gestas de la historia de nacional.
Llegó primera y se fue última, nomás.
Selección Nacional: (1983/1990
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